Del papel a la realidad, un reto para los RR.HH.

La importancia que concedemos, desde distintos medios al capital humano de la empresa y a la gestión de los recursos humanos ha provocado un curioso efecto. En muchos casos da la sensación que lo que pretendemos transmitir es que esta materia es la única importante para el desarrollo de la empresa, y les puedo decir que en absoluto es así.

Plantear la gestión de recursos humanos como una necesidad de vital importancia, no quiere decir que sea la única. Pongamos un ejemplo de lo que estamos diciendo. Un arquitecto realiza un proyecto de construcción de un rascacielos. Piensa en los materiales que necesita, plantea las necesidades y tiempos de ejecución y genera los planos necesarios. ¿Quiere decir esto que el edificio ya está construido? Evidentemente, la respuesta es un rotundo no.

Planificar una empresa, es un proceso similar al que hemos descrito anteriormente. Es un criterio necesario en muchos casos, pero no siempre suficiente. Esta planificación, y el interés por los activos humanos de nuestra empresa no suponen una garantía de funcionamiento perfecto en nuestra «maquinaria» organizacional. Ni tan siquiera es una garantía de una correcta ejecución de la política de recursos humanos de la compañía.

De esta forma, y siguiendo con la analogía planteada anteriormente, podemos encontrar edificios muy antiguos que tienen una sólida base, y que no utilizaron en su planificación y ejecución ni los materiales más costosos del mercado, ni la última tecnología en diseño. También encontramos grandes proyectos que utilizan en su planificación los últimos ingenios existentes, la maquinaria más sofisticada y los materiales más novedosos y que, sin embargo, jamás dejarán de estar sobre el papel.

Por ello, somos concientes que una buena parte de las organizaciones de éxito son aquellas que han potenciado los mecanismos de gestión de recursos humanos, y que sin embargo existen un buen número de empresas que logran su consolidación en el mercado sin «complicarse demasiado la vida». La pregunta en este caso es: ¿Están estas empresas sacando el máximo desarrollo a su potencial humano? O si lo prefieren ¿Cuánto están dejando de ganar por no preocuparse de su capital humano?

En la actualidad resulta difícil pensar en un edificio de nueva construcción que no cuente con la adecuada planificación, y por ello toda organización –de cualquier tipo y tamaño– debería contar con una política de recursos humanos y lo que es más importante; con una serie de mecanismos de gestión de recursos humanos que le permitan desarrollar al máximo su potencial.

Desde esta estructura que hemos planteado, y a partir de los mecanismos de gestión que hemos establecido, estaremos en condiciones de obtener los objetivos fijados en el plan estratégico de la empresa. Por tanto, de poco servirá para una empresa que desarrolle sobre el papel el mejor sistema de gestión de recursos humanos si no es capaz de implantarlo, de la misma forma que sirve de poco una buena gestión de personas que no esté integrado en el plan de empresa.

Debemos por tanto aprender de las construcciones antiguas de nuestro ejemplo, y tener en cuenta que una adecuada planificación de nuestra obra no tiene por que garantizar el éxito de la misión de la empresa. Y, por tanto, que el auténtico éxito de la organización se alcanzará cuando seamos capaces de diseñar un sistema de gestión de nuestros activos humanos que permita la adecuada gestión de todos los procesos que tienen lugar en el seno de la organización.

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